OTUQUIS Y LA PRIORIDAD DE CONSERVAR SUS SISTEMAS DE VIDA
Otuquis, es un Área Protegida Nacional con dos categorías de conservación, Parque Nacional (PN) y ANMI (Área Nacional de Manejo Integrado), reconocida oficialmente el 31 de julio de 1997 mediante Decreto Supremo N° 24762, el objetivo de su creación luego es el de conservar bosques secos tropicales, preservar características geomorfológicas paisajísticas y su diversidad biológica/cultural; así como conservar especies típicas de valor excepcional amenazados. A su vez, mantiene un potencial de atractivo para el ecoturístico. Su importancia como ecosistema rico y diverso, es reconocida a nivel mundial, teniendo en su interior parte del Sitio RAMSAR Pantanal Boliviano, que al igual que el ANMI San Matías fue declarado el 17 de diciembre de 2001, constituyéndose en un espacio natural prioritario para la conservación y uso racional de humedales.
Se encuentra en el departamento de Santa Cruz, en las provincias Cordillera y German Bush, fronterizo con Brasil y Paraguay, extendiéndose en 1.005.950 hectáreas. El Otuquis se divide en dos bloques: el más extenso y con planicies es el Bloque Otuquis que se encuentra en el municipio de Puerto Suárez y el GAIOC Charagua Iyambae dentro de la llanura del Chaco; y el Bloque río Pimiento que involucra a los municipios de Puerto Suarez, Puerto Quijarro y Carmen Rivero Torrez, cual es un escudo precámbrico. Ambos bloques presentan pie de montes, llanuras y serranías. Pertenece a la macrocuenca del Rio del Plata, con sus cuencas de Tucavaca y Quebrada Cáceres.
Dentro de esta Área Protegida, fueron registrados un estimado de 179 especies de aves, entre las cuales se encuentra el ñandú, chajá, garza blanca, águila coronada, entre otras. A su vez, se han identificado 35 especies de reptiles como la boa, lagarto, peta o tortuga, y muchos más. Entre los mamíferos más representativos están el borochi, anta, capibara, lobito de río, londra, ciervo de pantano y jaguar, ésta última especie considerada como Patrimonio Nacional del Estado, y ese encuentra a la cabeza de la cadena trófica.
Las actividades humanas como la cacería ilegal y los incendios forestales, han provocado daños en este hábitat de gran valor para la humanidad, potenciando sequias en ríos, lagos y llanuras inundadas que se redujeron en pequeñas lagunas. Asimismo, se ha visto afectada la Laguna Cáceres, uno de los lugares más representativos del Pantanal Boliviano, cual actualmente se encuentra camino a secarse, evidenciándose que el río Paraguay tiene sus niveles más bajos en los últimos 20 años, por lo que es difícil ya circular en barcos, además, la forntera con Paraguay es una de las zonas más sensibles y que necesita más atención a fuegos y avance agropecuaria.
Por todo lo anterior mencionado y aún más sobre el Área Protegida, se considera de vital importancia continuar trabajando en Políticas Publicas, Educación Ambiental y Sensibilización a la población nacional y local para conservar y proteger estas áreas naturales, además de impulsar proyectos que vinculen la economía local con la conservación.
Para caminar hacia este objetivo, instituciones promueven acciones de conservación apoyando a su Gestión y/o implementando proyectos dirigidos a generar capacidades locales, economía local y a cuidar las especies representativas que habitan el lugar, entre estas instituciones se encuentra la Asociación Savia y sus aliados, cual a través del Proyecto Operación Jaguar – Bolivia que cuenta con el apoyo del Comité Holandés de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN-NL, se refuerzan conocimientos habilidades y actitudes a los locales y a los guardaparques, para fortalecer la protección de esta especie bandera que es el pilar del bienestar de los ecosistemas, dando su presencia mayor posibilidad de equilibrio tanto en las áreas protegidas como en los espacios naturales fuera de ellas.
Nota: Asociación para la Conservación e Investigación de la Biodiversidad y el Desarrollo Sostenible – SAVIA (Fuente Plan de Manejo Otuquis y SERNAP)